Febrer

Un lugar excepcional. Habíamos ido un par de veces para tomar el aperitivo. Las bravas tienen un corte distintos pero hay que probarlas, os gustarán seguro. Esta vez hemos ido a cenar de picoteo, tienes que ir pronto porque cierran pronto. Fuimos sábado tarde-noche, todo lo que pedimos buenísimo, además de las bravas, la ensaladilla rusa espectacular, la ensalada de higos buenísima, las tostadas con tomate seco y queso para chuparse los dedos y la brinza no os la podéis perder. Francamente todo lo que pedimos fue un acierto. Volveremos a cenar seguro.

Qué puedo decir de éste sitio cuándo su fama la precede. Creo que es el único negocio de Sant Cugat que no necesita reconocimiento ya que todos adoramos éste lugar y sobretodo, a sus dueños. Dos bellísimas personas, atentas y amables que siempre tienen una sonrisa en la cara. La carta de platos no es extensa, de hecho es bastante reducida, pero ahí es dónde reside el secreto de éste lugar. Esos platos están hechos con muchísimo mimo y cariño, con pasión! he ido muchas veces y no ha habido vez que haya podido quejarme. Bueno, si, la única queja es que afortunadamente para ellos, siempre está lleno y hay que reservar para tener lugar! Las cervezas las hacen como en ningún otro sitio de Sant Cugat y cercanías! Felicidades por vuestro gran trabajo!!