Casa Maiorga

Precioso lugar para hacer un alto en la Ribeira Sacra del Miño, como alternativa más tranquila al área recreativa de A Cova. En cuanto al restaurante-merendero, ofrece una carta sencilla, con platos a la brasa, tanto pescados como carnes. Buena atención, a pesar de estar lleno. Pedimos un poco de todo, para probar, y estaba todo bien hecho, sin lujos pero correcto. Las raciones, aceptables. El lugar está bastante apartado de los itinerarios turísticos pero eso es lo que lo hace atractivo. Se puede llegar a pie desde la bodega Finca Míllara, con lo cual se completa una buena jornada turística. En general, aceptable-recomendable, en cuanto a la relación calidad-precio-atención.

Menudo descubrimiento. Terraza muy agradable a la beira del río Miño. Comida espectacular, tanto carnes como pescados todos a la brasa, los pescados frescos traídos de Viveiro, lubina, sargo, merluza, palometa roja, caballa. La pareja que lo regenta son muy amables. Comimos guiso de choco muy rico, lubina a la brasa de 2 raciones espectacular y en un punto perfecto, nada que envidiar a cualquier restaurante de mantel de hilo, pollo a la brasa muy tierno y para rematar copa de la casa muy rica. Y por si esto fuera poco, el precio más que ajustado. Si estáis por la zona no lo dudeis, lo tiene todo.

Es un lugar mágico, diferente, para descansar y con buenas vistas pero con carreteras reviradas, con una inclinación dificultosa que hace que se tenga que frenar contínuamente o bajar en marchas cortas para evitar embalarse, peligrosas a su vez ya que un descuido te vás barranco abajo. Algunos tramos de pista están rotos y hace por veces la dificultad de bajar con tranquilidad, la señalización no es muy buena, algunos carteles son pequeños y no se aprecia por donde vás, te puedes perder con facilidad puesto que algunas pistas no tienen carteles de señalización y puedes acabar en un lugar desconocido o difícil para dar la vuelta ya que el lugar es arriesgado, curvas muy pronunciadas y algunas muy cerradas que hacen que le cojas miedo con facilidad. Como ciclista aficcionado si pretendéis hacerla en bicicleta, os diré que el trayecto cuesta abajo es difícil y por veces los frenos dejan de responder, dificultando las maniobras y el peligro que conlleva tomar las curvas sin raspar las cunetas y si es cuesta arriba, la ruta es muy dura y puedes acabar tan agotado que hasta te tengas que bajar de la bici y descansar o hacerla a pié hasta el próximo llano.