Nebak Jatetxea

Buen sitio y agradable y acogedor. Servicio muy bueno, camareros muy amables y expertos en el tema. Comida buena pero mejorable (arroz caldoso se bogavante muy buen sabor pero servido un poco pronto. El bogavante deberían servir la cola entera. Estuvimos tres personas y deberíamos haber visto 3 colas y no varios trozos. El postre muy bueno.

Lugar muy agradable y acogedor. El servicio exquisito y atento. Nos dieron 5 tipos de sales diferentes y 2 aceites con un sorbete de melón. El foie y las croquetas estaban espectaculares. La ensalada templada y la merluza con pimientos muy buenos, raciones generosas. El postre consistió en una tarta de queso con helado de manzana ácida también excelente. Sin duda volveremos.

Reservé en este sitio , porque quería sorprender a mi pareja.... la sorpresa me la llevé yo. Aunque es un sitio muy bonito y el camarero excelente... la cena fue un desastre,, una ensalada de bacalao bien, pulpo gomoso. Carrilleras grasosas y sosas, y el rabo más de lo mismo. Ya dada la espantosa cena que llevábamos, decidimos no probar el Postre y marcharnos, NO recomiendo este sitio a nadie que tenga un poco de paladar.y vuelvo y repito que lo único bueno de este sitio fue el camarero.

Restaurante acogedor con servicio excelente, tranquilo en el casco viejo y con una comida muy rica. Recomendable, sobre todo si tienes intolerancia al gluten. Toda la comida es libre de gluten. Servicio: Unai nos brindó un servicio excelente, desde la entrada con un servicio muy cercano y amable. Local: Acogedor, pequeño con unas pocas mesas, lo que lo hace entrable y bien decorado. Comida: Pedimos el menú de 42 euros. Empezamos con un poco de pan sin gluten con aceite y 5 sales diferentes. La que sabe a huevo frito es una pasada. Un chupito de melón y primer plato pedimos pulpo a la brasa buenísimo. De segundo un solomillo con patatas y pimientos que se deshacía en la boca y de postre una tarta de queso cremosa con helado de manzana. Esto último aunque por separado está muy bueno, es lo que menos sentido le vi junto. El helado no me casaba demasiado con la tarta pero estaba muy bueno como comento. COVID: gel en la entrada, camareros con mascarilla en todo momento. Muy cuidadosos. Nada que objetar en este aspecto. Muy seguro.

Ha sido una buena experiencia gastronómica para mi marido y para Mí, no solo la comida que estaba exquisita, (recomendamos, la tarta de queso y el arroz negro) si no el ambiente, (la luz suave, la música de piano, el amplio espacio en la mesa, la buena atención del camarero y el detalle del entrante y el café del final) sin duda fueron detalles que valoramos y que sabemos que hay que pagar. Así que buena relación, calidad precio.