Hermanos Redondo

Fuimos a tomar un par de menús del día. El sitio es de lo más acogedor y el trato de los camareros no pudo ser mejor. No es el típico sitio al que vas para una cena romántica pero no tiene nada que envidiar, ya que puede ofrecerte un ambiente muy "casero". La comida es excelente, parece hasta hecha con cariño y merece la pena completamente por su precio. De lo que pedimos, destacaría la sopa castellana y el San Jacobo, buenísimos. Aunque seguro que tienen muchos más platos hechos en la casa y riquísimos.

Sitio de comidas. Puedes comer de 1 de la tarde a 5 de la tarde No hay café No hay bar Sólo abren a mediodía Sábados cierran Domingos abren precio especial. Atención excelente. Dueño Arturo muy amable y servicial. Cocina excelente, están sus padres y una cocinera gallega. Camarero atento también. Cuando Arturo estuvo enfermo más de 1 año tuvieron una camarera joven excelente. Recomiendo ir a partir de las 3,30 porque Antes es muy difícil encontrar sitio Sin Reserva .

Suelo fijarme en los detalles cuando voy a comer a algún sitio. Es la primera vez que vengo a Madrid ( y mira que vengo veces) y salgo contento y a gusto con la comida. La amabilidad de Arturo la he sentido pocas veces en un restaurante. Se puede ver la cocina y a su madre cocinando. La limpieza es excepcional. Es casero total y limpio. Mención también a David que es el camarero . Nos han tratado de lujo. Volveremos . Si quieres sentirte como en casa y muy buena comida y precio excepcional

Merece mucho la pena comer el menú del día. He salido encantado, comida casera de toda la vida, como la que hacen nuestras madres y abuelas. Mención especial para Arturo, que me trato de forma excepcional. Tienen una gran variedad de primeros y segundos, variedad en carnes y pescados. Recomiendo sin duda la hamburguesa casera buenísima y el flan casero esta exquisito, de los mejores que he comido, las lentejas de la casa también muy buenas. Así da gusto ir a comer, tanto por el trato como por la calidad de la comida. Sin duda tengo que repetir. Gran servicio, espero que sigan por siempre y pase por generaciones.

Muy económico. El menú está bastante bien. Todos los platos que pedimos estaban ricos pero nos gustó mucho la sopa castella, el arroz caldoso, el secreto ibérico y la ternera en salsa. Son supersimpáticos. Lo recomendable es reservar, porque el local ya se le ha quedado pequeño, pero es su esencia y, al menos a mí, me ha gustado mucho. Totalmente recomendable.