Zim

Caminando por el Gotico con mi pareja encontramos este pequeño lugar acogedor de vinos y picoteos de quesos, fuet, longanizas, sobrasadas y màs....todo artesanal colgados a la pared.Autentico!! Vinos locales y españoles! Pocos lugares existen asi con un trato increible, generoso que solo te da ganas de volver! Todo muy rico!! Super recomendable. Volveremos muy pronto sin ninguna duda🙌🏿 Gracias a Francesc!!!💙

Sitio con muchísimo encanto. Se trata de un local muy, muy pequeñito, con gran variedad de vinos y una carta pequeña de "bocados fríos", súper recomendables para acompañar con una buena copa de vino. El trato es genial, el hombre que lleva el negocio es súper amable y atento con los clientes del local.

Casualmente pasé un día por este pequeño lugar, y lo anoté como algo pendiente de visitar. Desde un principio me llamó la atención y no dudé semanas después en ir a visitarlo. Aparte del peculiar encanto que muestra este lugar, me dejé llevar obviamente por la buena reseña que tiene, y debo de decir que no me ha decepcionado en nada! Creo que se ha convertido en uno de mis rincones favoritos de Barcelona por varios motivos. Para empezar el trato de Francesc, no solo es profesional, es amable, cercano y cálido! El ambiente es familiar y amigable y se nota que muchos de los que van ya son clientes de años. El producto que ofrece es de lo mejorcito y la carta aunque reducida, es de máxima calidad tanto en sus vinos, cavas, vermuts, y productos de quesos y embutidos. La guinda la pone el estilo de música tan elegante que suena durante toda la noche, el jazz. Sin lugar a dudas un sitio para marcar como favorito en una Barcelona que ofrece tantos sitios bulliciosos y de cartas interminables que quizás no satisfacen tanto como el conjunto de elementos que solo ZIM puede ofrecer. Deseando volver de nuevo.

Si hay sitio... entra. No te lo pienses. Sorprendente, sencillo, genial, único. No encontrarás algo igual. Vinos, embutidos y quesos. No hay nada más, no necesitas más, no encontrarás otro sitio igual. Solo un camarero, una barra muy pequeña, un servicio increíble, buena conversación y buena música de jazz. Qué más quieres para cenar. Lo recomiendo!!