Bar De Tapas Camelot

Pasamos por allí, estaba muy lleno y paramos, la verdad que ha estado bien, comimos con unas cuantas tapas, hamburguesas, torta camarones, ensaladilla rusa...pero había muchísima gente, pedimos mientras nos atendía una cerveza y el camarero vino a buscarnos para pagarla...nos pareció fuera de lugar. Por lo demás bien 👍

Dependiendo del horario de llegada puedes llegar y sentarte directamente o tendrás que esperar un poco, normalmente te tienes que apuntar a una lista que lleva uno de los camareros y luego te van llamando, en nuestro caso tuvimos que esperar solo 15 minutos (cabe destacar que hay sitio tanto dentro del local, como fuera que tiene dos zonas), una vez dentro pides tu bebida y te Dan una carta con su sugerencia y con los platos que tiene, si no siempre puedes pedir sugerencia del camarero que te van a dar buenas recomendaciones. La comida tarda poco en llegar y viene salida de cocina, calentita y oliendo súper bien, nada tiene mala pinta y el ambiente que se respira es súper tranquilo, encima haciendo sol y nada de frío es mucho mejor y hace que todo se disfrute como lo bueno que es este sitio, sin duda es un lugar para repetir porque no es caro para la calidad y rapidez y amabilidad que te ofrecen. Volveremos sin ninguna duda.

En pleno puente de diciembre fuimos dos días, el 5 y 6 a medio dia. Suelen tener cola para sentarte en mesa pero la espera merece la pena: El primer día pedimos tataki de atún, gamberrito, migas y un bollito recomendado. Todo bueno, destacar el gamberrito (aunque pequeño y solo es una unidad) y las migas. El tataki muy buena pinta pero nos lo sirvieron totalmente frío (era día festivo y con mucha gente que atender) El segundo día el mejor. Probamos todo tapas: bollito de morcilla con rulo de cabra, bollito camelot, mini burguer con trufa (muy sabrosa), bollito de lomo rondeño, atún a la plancha y de postre tarta de queso (buenísimos los dos últimos, obligatorio si vais). Nos atendió los dos días Javier y fue muy amable y atento. 10/10