Ross Como En Casa

He leído algunas opiniones que hablan de que las encargadas del local son antipáticas y poco atentas, a mí, personalmente, no me lo pareció. Para empezar, entrar a un sitio y ver tumbado en su colchoncito a un perro encantador ya es un punto muy a favor para mí. La comida y los batidos están muy buenos, se nota que lo hacen de forma artesanal y bastante natural. Puede que los precios parezcan altos pero las cantidades son muy importantes, un plato de pancakes es más que suficiente para dos personas (menos mal que nos avisaron antes de servirnos los dos que habíamos pedido sino habríamos salido rodando). Muy recomendable.

Muy buen sitio para comer tortitas y disfrutar de un buen brunch. Además su decoración vintage, sus paredes rosas y la amabilidad de las chicas que lo llevan, hace que sea muy acogedor. En esta ocasión, para beber elegí el "xoxo-loco", que es un café con leche con una base de chocolate desecho en el fondo. Para comer pedimos diferentes platos salados, el "hoy mojo" y el "re todo", y de dulce nos decantamos por unas tortitas con plátano y chocolate.

En dos palabras: DE-LICIOSO. Pedimos un gofre con topping de chocolate Ross y plátano que estaba para morirse de rico. La masa del gofre estaba recién hecha, se nota la dedicación y el gusto por lo bien hecho. El café de la foto es el Mushulatte, con galleta espolvoreada y chocolate Ross, no pude acabármelo porque era ENORME ♥️ El camarero fue muy amable y simpático, y el lugar es tremendamente acogedor y original. Los sillones Chester son una pasada, daban ganas de echarse una siesta después de semejante atracón. Cumple con las expectativas al 100%. ¡Enhorabuena y gracias por atendernos! Sois maravillosos.