Morao

La comida está bien, pero quizás un poco cara para lo que es. He tomado el menú del día (12,90€ con bebida y postre o café). Las alcachofas eran tiernas, saladas pero buenas, el chuletón con verduras también estaba bueno pero era pollo. El chuletón no me espero que sea de pollo. Entre la verdura también había zanahoria, no quedaba mal pero era quizás un poco dura, siendo lo demás blandito

Vi este restaurante como un sitio recomendable para tomar tapas, la verdad que fue una decepción. La decoración es oscura y nada acertada, había música puesta un poco alta y tampoco muy acertada para un restaurante. La comida no nos gustó, tapas y pinchos que se repiten y con poca variedad y calidad. La atención fue correcta.

Uno de los lugares típicos para tapear con platos elaborados con productos de gran calidad y originales. Desde el tataki, pasando por el risotto o las rabas con lima, cada plato tiene sentido en una carta muy variada y para todos los gustos. Un must que debéis incluir en vuestras listas de sitios favoritos. Gran personal y un servicio muy bueno, aunque a veces la demora entre comandas es grande.

Realmente decepcionante. Fui al de Bernabeu hace unos años y lo recuerdo rico, buena calidad y con buen precio. Un gran chasco la verdad. Pedimos cuatro platos y yo no veía el momento de que llegase el último para poder irnos. Las gyozas de presa ibérica no tiene presa por ningún lado, están duros y secos. El “pincho de tortilla recién hecha”... casi lloro cuando llegó y vi una tortilla francesa, seca y con un trocín de patata, que es lo que te venden. El camarero me preguntó si necesitaba algo, yo dije que un pincho de tortilla de verdad, que aquello era una farsa. Me sorprende que nadie más les haya llamado la atención al respecto. No pude ni comérmela. El solomillo con brie: seco y exageradamente hecho. La hamburguesa paris, las patatas son congeladas y sosas, la carne estaba quemada por fuera aunque por dentro consiguieron no cargársela mucho. Desde luego que no vuelvo y no lo recomiendo a nadie. Por supuesto que nadie preguntó que pasaba con la tortilla que ni la habíamos tocado...