A Ñora

Reservar antes de ir el fin de semana. No admiten perros. Admiten niños y carritos. Las tartas impresionantes, obligatorio probar la de queso y la de chocolate. El chuletón de 800gm espectacular. Se pueden compartir todos los platos. Está todo bueno, no falla. Repetiremos. Una pena que no admitan perros

Lo descubrimos por casualidad en un viaje a Madrid. Llegamos para almorzar tarde y sin reserva. El encargado fue un encanto que enseguida nos buscó mesa y nos atendieron rápidamente. El camarero nos atendió estupendamente a pesar de estar en la planta de arriba, estuvo muy atento en todo momento.Tomamos unas croquetas exquisitas y un arroz negro buenísimo! Todo un acierto!

Muy agradable sorpresa. Pedimos un plato de cecina de León con queso, excelente, ensaladilla rusa y quesadillas de pollo y queso de cabra para compartir. De principales, carrillera ibérica con curry amarillo, una delicia, y hamburguesa de sepia y chipiron. Terminamos con una ligera tarta fina de manzana con helado. Destacar la atención del personal. Seguramente repitamos.

Hoy en mi segunda visita la primera vez ordenamos un menú del día que estaba buenísimo una buena ensalada con pollo la ración es grande buena sazón del cocinero la atención del camarero profesional y simpático, hoy vine a desayunar que bueno esta el restaurante me encanta tienen opciones saludables y a buenos precios volveré seguro 👍

Celebré un gran día con la familia y comimos todos muy bien. Reservamos en la parte de arriba, que tiene paneles que atrapan el sonido y estábamos de maravilla. La comida súper buena, destacando las croquetas y la corvina en salsa de tigre, pero mejor aún fue el servicio, rápidos y simpáticos. No nos faltó de nada y eso que éramos 22 personas. Lo recomiendo totalmente.

vine a pasar unas vacaciones desde México, me he acercado hasta aquí para buscar algo que comer y me he encontrado con algo fuera de lo que tenía pensado con sabores exquisitos una sazón y una atención única, los tacos de cochinita me hicieron regresar a casa, los mejillones al tigre abrieron mi apetito de una forma sutil y grata y la Lubina como plato fuerte me regalo una experiencia única, un vermut para rematar la mejor de mis experiencias en Madrid.