Can Miquel

Estuve cenando con mi pareja y estuvimos muy a gusto. Un restaurante de cocina lleidatana clásica, de ambiente sencillo pero agradable, con buena separación entre mesas, servicio amigable y una comida excelente a buen precio. El restaurante está cerca del barrio de La Mariola y de la montaña del Gardeny. Comimos una esqueixada a compartir, unos pies de cerdo y unos caracoles a la llauna muy buenos. De postre, recomiendo las excelentes "orelletes". Un sitio para repetir y recomendar.

Negocio familiar atendido por un matrimonio que son los dueños del local. Son muy agradables y ambos se encargan de cocinar y servir. También vinieron a hablar con nosotros e interesarse de que todo estuviera bien. Los caracoles y los postres exquisitos. La carne también es buena, aunque hemos comido mejores cortes en otras braseria. Nos aconsejaron un vino de la zona, una garnatxa buenísima. El precio es razonable, sobretodo por la calidad de los platos y los vinos. Si volvemos por la zona, volveremos seguro.

Un buen espectaculo a la brasa.Atención perfecta y comida muy muy rica con puntos perfectos. Detalle de bienvenida, una ensalada de fotos secos a la altura, un risotto de caerse sentado y un aparte perfecta. Es normal ya que poseen una carnicería que combinado con el restaurante crean una fórmula perfecta. Muy recomendable si pasas por Lleida.

Volviendo de la costa, paramos en Lerida a cenar y por casualidad llegamos a esta Braseria que fue todo un descubrimiento. Nos atendió el cocinero (que parecía ser el dieño) con amabilidad y profesionalismo viéndose conocedor del producto y de la gastronomía. Como obsequio de la casa nos sirvieron pan recién tostado con ajo y tomate acompañado de olivas y fuet. Pedimos pies de cerdo, cordero y caracoles que no nos dejaron indiferentes. 😋 No se si el secreto es el horno-brasa bastante curioso (al menos para mi), la maestría del cocinero o ambas. Buen producto y sobre todo en su punto de cocción. Sin duda volveremos.

Estuvimos en un comedor muy acogedor y tranquilo aún habiendo hecho la reserva sólo tres horas antes. El servicio fue muy correcto y la comida a la altura de las expectativas. De primero compartimos unas habitas baby con jamón, una esqueixada de bacalao y una ración de queso curado. Todo muy rico. Para los segundos fueron una espaldita de cordero, un solomillo de unos 200gr, costillas de cabrito y costillas de cordero. Las raciones son completas, tanto que nos costó acabar con ellas (aunque pudimos 😊) Las camareras fueron muy agradables y atentas, incluso el chef salió un par de veces a saludar alguna mesa. El precio muy acorde con la calidad y cantidad de los platos y el servicio. En definitiva, un sitio que merece la pena visitar. Recomendado! (estuve tan ocupado con las favetes y el solomillo que sólo pude hacer una foto 😜🤷🏼‍♂️)