El Cascanueces

Hacia tiempo que no me sorprendían en un restaurante y ha sido todo un acierto ir a este que nos habían recomendado. Lo primero que impacta es que el propio cocinero te explica la carta, los platos y te guía sobre la cantidad que debes de pedir; advierte que todos son platos posts compartir. La atención al cliente es muy cuidada tanto en la atención como en el servicio que prestan. Los platos son diferentes, originales y con sabores exóticos pero adaptados a nuestro gusto. Todo nos gustó mucho, sin excepción. La relación calidad precio es adecuada. Sin duda, repetiré.

Sorprendente restaurante en el centro de Bilbao. A destacar la calidad de todos los productos de cada plato. Increible la salsa de los mejillones (para no parar de huntar). Carta de vinos con precios ajustados a la zona del restaurante. Como recomendación pidan mesa en la zona de la entrada, el comedor del fondo a la izquierda es un poco agobiante.

Vale la pena la experiencia, platos originales y cuidados a un precio correcto. La carta está diseñada para que dos personas puedan compartir cada plato, positivo si eres de buen comer pero negativo si te gusta picotear un poco de todo, ya que para dos personas recomiendan 3 platos. El postre "el bosque", una obra de arte de sabores y texturas. La atención del personal muy buena, te explican al detalle cada plato. Le resto una estrella porque el pulpo que pedí tenía demasiada mayonesa, eclipsaba el sabor del pulpo (plato que no recomiendo). También bajo la nota porque durante la cena no pusieron música, por lo que se oía la cocina.. Reservas por teléfono y email, de jueves a domingo reservar con mucha antelación (en ocasiones hasta un mes). No tienen terraza. Lo recomendaría para una cita.

Fuimos por casualidad y...¡Qué gran acierto! Un restaurante de cocina creativa en el que el personal te explica los platos y te aconseja si hay algo que no te gusta comer. Destacaría el pulpo y el postre llamado el bosque. El mejor que he comido nunca, con tantas texturas y matices. 100% recomendable

Compartir es vivir. Cenar en este restaurante ha sido una sorpresa muy agradable. Nada más entrar te comienzan a tratar con una gran amabilidad. A continuación te aconsejan y te explican perfectamente los platos de la carta y te indican que todos sus platos están preparados para compartir por dos personas, nosotros nos decantamos por: - Koftas de cordero, una forma original y fresca de comer unas pequeñas albóndigas. - Tataki tempura de atún, plato super equilibrado con las salsas de acompañamiento. - Picanha brasileña, super tierna y bien presentada, pero de los tres platos es el que menos me sorprendió.