Bar Bocarambo

Un restaurante que podría decirse típico de la ciudad. Tradición y modernidad. Ambientado en una vieja y típica casa andaluza, gran patio interior rodeado de habitaciones pero decorado de forma moderna sin estridencias. Puedes comer dentro en unas coquetas mesas o en exterior donde hay un ambiente más abierto bajo un toldo. No es un sitio ruidoso ni hay molestos televisores con fútbol puesto. Es un lugar para comer y charlar, que es de lo que se trata. El servicio dentro de lo normal, tapas y platos con poca elaboración, llegan rápido. Otros más complicados se demoran, sobre todo en días de lleno total (reservar mesa antes de ir es lo mejor). Respecto a la comida, todo está bueno. Hacen una paella gigante a la vista de todos en el patio y van variando los tipos. Buenos entrantes (tomate con melva muy refrescante) y platos típicos de Jerez. Me sorprendió la sobreusa, sabía igual a la de mi abuela. En definitiva, es como estar en casa, pero sin ser tú quien está en la cocina. No hay problema de aparcamiento pues enfrente hay un subterráneo, lo cual para estar en el bullicioso centro ciudad es un alivio. Luego puedes darte una vuelta, sobre todo en días grandes de fiesta (navidad, semana santa, feria,...) Hay acceso para discapacitados y por supuesto se admiten niños. Lo recomiendo.

Es cocina de producto. Trabajan con las mejores marcas y una muy buena calidad del producto. Desde el sabor a la textura, en cada bocado puedes notar la calidad de lo que te estás comiendo. Pedimos lo siguiente: - Croquetas de jamón (Lo único a mejorar, me sabía más a bechamel y el rebozado un poco gordito) - Revuelto de bacalao con patatas paja - Higaditos - Ensalada Caprese - Lagarto - Presa - Solomillo de ternera - Banoffee (El mejor que he comido nunca) El servicio fue muy bueno. Son muy agradables y se preocupan de saber que todo está bien… sin estar demasiado encima. Volveremos para probar uno de los arroces.

Nos recomendó este lugar un buen amigo de Jerez de la Frontera, y sin duda acertó. Buenos productos, muy amables y un lugar con mucha personalidad. Empezamos opinando por la ubicación; muy céntrico, accesible y muy fácil. De hecho sólo estábamos tres mesas esa noche ya que era la Feria y por tanto todo el mundo estaba allí pues solos, así que casi un trato personalizado! Nos sentamos en el patio interior, muy recomendable, un espacio muy agradable. Reservamos y fueron muy amables en el trato y nos ofrecieron/recomendaron platos muy ricos. Lo primero la ensaladilla de gambas, muy recomendable, fina y sabrosa. Croquetas de jamón muy ricas acompañadas de patatas. Probamos las alcachofas, que si bien a mi me gustan en flor y al horno, no estaban mal. Destaco el producto de cerdo, muy rico, voló!!!! Acompañado de patatas y tomatito partido, pena de piel, pero todo muy rico!!!! Como nos quedamos con un pelín de hambre, porque todo estaba muy rico, probamos el rebozado de merluza que estaba muy bien de sabor y el rebozado perfecto. Aún así compartimos un poste, una tarta que era la especialidad de la casa, incluso para los que no son muy de dulces como yo, recomiendo pedirla! Por añadir algo, sólo a tener en cuenta, que NO se puede pagar con tarjeta, sólo efectivo o la posibilidad de bizum. En definitiva, buena recomendación, buen servicio, buenos productos, bonito sitio y por supuesto, es un sitio más que agradable para comer o cenar en ese patio interior! Volveremos!

Fuimos a cenar 31 personas, son amables y muy atentos. Todo lo que tomamos nos encantó a todos. Ensaladilla de Gambas, croquetas, merluza rebozada, emperador empanado......la dueña estuvo todo el tiempo pendiente con una amabilidad y simpatía arrolladora. Volveremos al mediodía para probar un magnífico arroz.