The Rebel Pigs

Buen lugar para pegarse un homenaje carnívoro. Hay que dejarse llevar por su camarero, quien deja claro que se puede disfrutar adaptándose a todos los bolsillos. La chistorra, aunque no es mi devoción, me he atrevido, porque no estaba grasosa, ni aceitosa, en brasa y sequita. La carne de wagyu, mantequilla para el paladar, muy tierna, y un sabor suave. Los torreznos están bien, pero, para mi gusto le faltaban un punto más de brasa, para gustos los colores, otros los prefieren crujientes. Para terminar 1,2kg de Vacuno japones, simental más Wagyu. El ambiente del local, se puede mejorar, dándole un toque más rústico, aunque el nombre del sitio, lo dice todo y se diferencia del resto.

Venir a comer aqui es toda una experiencia. La comida esta espectacular en todos los sentidos y si tienes algun tipo de duda el camarero te atenderá y dará consejo en lo que necesites sin ningún problema. Nosotros eramos 4 y teníamos dudas sobre que pedir y nos aconsejó, terminamos bien sin sobrar comida ni quedarnos con hambre todo de lujo. Repetiremos sin dudarlo.

Un sitio espectacular 100% recomendable. La comida está buenísima, con inmejorable presentación, buena combinación de sabores y texturas, suave pero intenso. Las croquetas son muerte, menudos máquinas. El servicio es acogedor, amable, atento, etc, el precio está bien, pagas con gusto la calidad, además es normal que suba un poco más por el sitio en el que está, no es un burriking. En resumen que seguro que volveremos, pero a la proxima quiero una camiseta si pudiera ser, pagandola claro, me ha gustado😜.

Fuimos dos para cenar porque nos llamaba la atención por las carnes que ofrecía. Comimos las alcachofas de entrante, el solomillo de vacuno y la aguja de cerdo de principales. La calidad del producto es máxima, el trato y servicio óptimo! El camarero muy simpático y sabe mucho de carnes, no duda en explicarte todo hasta el último detalle. Redondeamos la cena con un Carmelo Rodero Crianza y un postre muy rico. Volveremos sin duda para probar el Wagyu auténtico.

Es la segunda vez que voy y desde luego no será la última. El producto es de excelente calidad, todo, no sólo las carnes, que por supuesto son la estrella de la corona. Pedimos de entrantes el torrezno y la txistorra, muy buenos ambos pero mención especial a la txistorra. De principales un plato de pluma ibérica y un entrecot para dos (exquisito) y después de hacernos los remolones y a pesar de que estábamos hasta arriba cayó un flan de chocolate blanco, muy muy bueno también. Por supuesto, agua, vino, un vermut, cafés... El chico que nos atendió es majísimo y conoce perfectamente el producto, el trato es excepcional.

Me han encantado, el chico que nos ha atendido muy majo, muy atento y explicando cada plato al llevarlo a la mesa, cosa que se agradece bastante, ha sido un encanto, muy agradable y simpático. La comida riquísima, la carne espectacular, los postres buenísimos, el flan de chocolate blanco está tremendo. La presentación de los platos es muy original. Muy recomendable este sitio, ¡Volveré!