Sacamuelas

Nos lo recomendaron y sin lugar a dudas nos ha encantado, todo lo que pedimos estaba riquísimo y bastante casero. El risotto de remolacha y el hojaldre de lo mejor que comimos con sabores muy peculiares, aparte de las otras tapas , solomillo con puré de boniato y ensaladilla curry...todo estaba genial. El pan inmejorable!!!! Nosotros éramos dos y con 4 tapas-medias terminamos jartitos.

Nos ha sorprendido dicho lugar por el ambiente relajado y la cantidad de comida respecto a los precios. La ensaladilla (entrante) podría ser perfectamente un plato principal. El servicio fue rápido y correcto, si bien es cierto, que solo habían dos mesas que atender. Tienen terraza y zona interior con sillas y sofás bastante cómodos. La carta es bastante amplia en comparación con otros bares del mismo estilo.

Un descubrimiento magnífico, un lugar tranquilo, con mucho espacio entre mesas y un trato excepcional. La carta tiene unos precios bastante razonables y fuera de carta tienen un arroz negro que está de escándalo (lo mejor del restaurante a mi parecer) y las croquetas del chef explotan de sabor en la boca como recomendación.

Hace tres días, se decidió ir a sacamuelas, un acojedor bar-restaurante de tapas y lindas raciones, yo conocí a sacamuelas que no había sitio el día que fueras, con el covid19, todo cambió, como en todo, nos ofrece una variedad de carta, la carta la ofrecen en una tableta, no tienen código Qr, ya que cambia la carta casi a diario, calidad estupenda y precios normales,éramos 3 y no llegamos a 40 lerus. Como siempre, salgan a comer y disfruten con cuidado y no se olviden de la mascarilla, salud y buen provecho.

Fui recientemente con mi pareja, el camarero que nos atendió fue muy amable y nos recomendó bastante bien. El cocinero prepara unos platos excelentes en mi opinión y se preocupa por lo que opinan los clientes. La verdad la carta nos sorprendió y todo lo que probamos estaba de 10. Buena relación calidad-precio. La cantidad de los platos es correcta. Seguro que repetimos.

Fuimos después de unas clases de claqué que tenían unos amigos y la profesora del grupo reservó porque éramos muchos y llegaríamos tarde. Se portaron genial, porque nos pusieron una mesa rectangular cómoda, el camarero nos atendió genial, recomendándonos cuánto pedir de cada plato para comer bien de cantidad, y luego nos sirvieron también muy bien los postres y cafés. Comimos bien y a buen precio, así que ¡todo bien!