The Harp Bar

Es lo que estabas buscando y lo sabes. Le llevas diciendo a tu mujer que vienes a Lanzarote a comer pescaíto fresco a la plancha. Pero al segundo día estas baboseando por una hamburguesa que expulse ríos de mayonesa por los costados. Quieres que tu boca se parezca al Joker y no sabes cómo proponerlo. Venías con la farsa de pedir agua con gas pero en el fondo de tu ser venderías tu alma por una jarra de cerveza irlandesa (Dorada) mientras adviertes cómo el rojo de la playa empieza su amanecer. Te recorren sudores mientras ves las mesas de al lado comiendo un señor plato de french fries con ketchup y mostaza como principal. Dejemos que Darwin haga su trabajo. La jarra grande de cerveza es grande y está bien fría. Esta gente sabe cómo fidelizar. Importante: tienen mostaza. Mucha. No es apunte baladí. Los templos gastronómicos se diferencian por los pequeños detalles. Las hamburguesas son hamburguesas de verdad: carne de vaca (Angus), queso, bacon y huevo. También tienen veganas e incluso de pollo, pero trata con respeto al camarero y no le pongas en una situación incómoda pidiendo comandas propias de impíos. Aquí se viene a lo que se viene. Con la honestidad como lema. Los platos vienen con cantidad americana de patatas fritas, es decir, podrías recorrer USA de Este a Oeste en un Buick setentero con este fuel en el depósito. El pedido no incluye pan de masa madre pero, ojo, sí un tazón enorme con sobres de mayonesa, ketchup y mostaza. Saben cómo ganarse al comensal más exigente. Aquí no se escatima. Estamos ante Alta Cocina chiringo-playera y hay que demostrarlo. Cómodas butacas de cafécopapuro, todo vicio. Cómo lo he gozado. Ya te digo que lo he disfrutado a tope que hasta me ha embargado la emoción y he invitado a los 30 euros de la cuenta para 2. Podría haber pagado con la común pero no lo he hecho gustoso. El mejor momento del día tras dos horas en el Valhalla de la playa sin sombrilla. Ni Job. Por si tenías dudas, hay más americanos e ingleses que irlandeses. No pidas sacarina si no quieres q te miren raro. Pide azúcar. Blanco. Tres. Y la copa con coca zero. Sé uno más y allá donde fueres haz lo que vieres. Tranquilo que si comes aquí te ahorras la cuenta de la cena. Y así mañana invitas a tu mujer a comer cherne y quedas como Dios. No es un sitio para todo el mundo. Paladares con mundo y gusto sabrán apreciarlo. Buena música (sin especificar). No preguntamos por los postres caseros de la casa. 4 sobre 5 y porque mi señora no me deja plantarle el 5. Repetiría una y mil veces hasta que mi estómago o mi esposa dijeran basta. Mi lugar en el mundo.