La Oreja De Jaime

Este sitio se encuentra a 5 minutos de sol, en la calle Cruz. Quizás otras zonas tengan mucha fama, pero esta calle destaca sobre manera, con muy buenos sitios, para tomar y comer algo. Aquí, un viernes normal como fui yo, puedes encontrar cola desde muy temprano, así que es conveniente ir pronto. Nosotros llegamos, a las 13.30 y esperamos en torno a 10 minutos. El local es pequeño y cuenta con una pequeña barra y varias mesas. La carta variada y típica, con todos los clásicos que se sirven en el centro de Madrid. En nuestro caso, comimos la que es la especialidad digamos, la oreja, un pincho moruno ylos champiñones a la plancha con gamba. La oreja para mi gusto, buenísima y los champiñones también, aunque estos últimos sí es cierto, que la gamba había que apuntar con ella, con lupa, para verla. En el caso del pincho moruno, por el precio que tenía y acompañado de patatas paja, excelente. Las raciones en sí, en general no son muy grandes, pero el precio dentro de lo que es la zona, está bien e invita por tanto, a probar varias cosas. La atención del personal, sobre todo por parte del camarero que servía las mesas, muy buena y sobre todo muy ágil. Así que bien en ese punto. Así que bajo mi gusto, es un sitio que merece la pena visitar.

¡Bienvenidos a un rincón de autenticidad en pleno corazón de Madrid! Si estás harto de esos lugares que pretenden sacarte hasta el último euro por unas tapas sosas, prepárate para enamorarte de La Oreja de Jaime. Este bar de tapas histórico te abraza con su ambiente clásico y, sí, ventanas casi artísticas gracias a la pasión culinaria que se cuece en su interior. Pero hablemos de lo importante: ¡la comida! El rey aquí es el cerdo, o más bien su oreja. La Oreja de Jaime se lleva la palma con su ración de oreja de cerdo a la plancha por módicos 7,50€. ¡Ah, esa salsa picante! No te preocupes, no es picante como para hacer arder la Puerta del Sol, pero sí lo suficiente para desafiar tus papilas gustativas en un juego de amor y fuego. Pero si eres más del tipo "patatas bravas" o "pinchos morunos", relájate, tienen un escuadrón de opciones para todos los gustos. Eso sí, si planeas visitar en fin de semana, ¡cuidado! Podrías terminar haciendo cola como si estuvieras en un concierto de rock, pero la espera merece la pena. No sigas siendo un turista timado, ¡hazte un favor y sumérgete en La Oreja de Jaime! 🔴¡Subiremos más contenido a Redes Sociales! ¡Síguenos en Instagram, TikTok, YouTube o Facebook y di NO al despercicio!

Local con mucho encanto, una tasca como las de antes. Para comer de tapas, excelente y muy buen precio. No os podéis perder la oreja, está buenísima. El servicio también muy atento, cuando llegamos estaba el local a reventar y enseguida nos atendieron para conseguirnos una mesa para los 7 que íbamos, y después muy amables durante todo el servicio.

Queríamos probar este sitio desde hacía algún tiempo. El local es muy pequeñito (nosotros nos sentamos en la barra) pero con encanto. ¡Los camareros son muy simpáticos y atienden a la velocidad de la luz! Pedimos algunos platos: - Oreja de cerdo (su especialidad): A la plancha con una salsita algo picantona que ligaba perfectamente. ¡Muy buena! - Mollejas de cordero: Un poquito de salsa verde (tal vez perejil). Riquísimo. - Patatas bravas: Me gusto la salsa brava porque era picantona pero me faltaba algo (no sabría decir el qué) De beber dos rondas de cervezas cada uno - 2 personas🍻 (3€ cada una). Comimos muy bien por unos 33€. ¡Volveremos sin duda!

Uno de los sitios tradicionales en pleno centro que no debes dejar de visitar (obviamente, si te gustan sus exquisiteces). Hay que ir con paciencia pues los fines de semana suele estar lleno. Nosotros vamos, mínimo, 1 vez al mes. La oreja, bravas, champiñones y pimientos de padrón son nuestro pedido habitual: no dejes de ir!!

Una taberna gallega muy buena para ir a comer. La comida está muy rica y el trato es muy bueno. Un sitio pequeño, pero acogedor, con comida muy típica en su carta y está situada en el centro de Madrid. El camarero muy atento y amable y sobre todo el servicio muy rápido. Los platos vienen con bastante cantidad y muy asequible en cuanto a calidad/precio. Todo lo que nos pusieron estaba muy rico, pero la oreja estaba espectacular.