Tabanko El Callejon

Un sitio con mucha solera, se come estupendamente, comida tradicional y muy bien hecha. Los muy experimentados camareros son súper atentos y buenos en su labor. Nos gusta para tapear pero si quieres tienes opciones para pegarte una buena comilona. De precio diría que incluso barato para la calidad y cantidad.

No oh dejéis engañar por el tamaño de la entrada ni del restaurante mismo, El bar/restaurante El Callejon. La calidad del producto y la atención al cliente es cien veces mejor que la primera impresión. Él conocimiento del personal sobre los platillos y sus complementos son de confiar. El marisco y pescado son del día. No es el restaurante del turista accidental que va de pasada y solo una vez. La clientela es local y sabe lo que quiere, buen servicio, calidad en sus platillos y a buenos precios que justifiquen atención al cliente local, su la calidad y reputación están en juego. Me sirvieron varios platillos acompañados primero de una caña y luego por un vinos sugeridos por Sergio que todavía saboreo: Zamburiñas, almejas de Fuengirola (que son lo normal y cuidado con la sal original de las almejas), tortitas de gambas acompañado por un Tempranillo, seguida por pescado; rosada a la plancha y Pimientos De Padrón acompañados con un vino blanco Maior de Mendoza a sugerencia de Sergio. Sin prisas y saboreando cada bocado desde el primer platillo, siempre sin prisas. Mientras contemplaba la dinámica detrás de la barra y el disfrute de los parroquianos en el resto del bar con risas y conversaciones desde íntimas hasta risas femeninas que complementaban el buen ambiente. De pronto después de una pausa y después del pescado ante mí Sergio me servía una copa de un Pedro Jimenes para complementar mi digestión, dulcesillo y de un buen cuerpo que dejó mi paladar agradeciendo cada sorbo. Mientra a mi alrededor noté que algunos clientes como yo, seguían disfrutando desde ya hacia más de dos horas. Otros habían llegado e ido. Otros saboreaban más charlas amenas y más bebidas y más platillos. El cliente al lado de mí, más de una vez visitó a un grupo de damas que parecía conocer. Este es un ambiente de relajamiento, no de prisas ni de atragantadas. Mientras los mozos detrás de la barra cortaban queso o jamón o algunas otra cosas que no distinguía, servían bebidas tras bebidas, y el que servía las mesas no paraba un segundo de ordenar y servir. La cocina al fondo es difícil de describir con tanta órdenes como vi llegar desde el principio sentado en la barra - como en primera final. Creo que esta por demás decirte que lo recomiendo si visitas Fuengirola. Add: Tenía que volver y ver que hacía Antonio detrás de la barra. Su atención a los detalles y a la calidad del producto que prepara me impresionó de nuevo. Ver videos