La Jamada

Es un buen sitio para cuando te apetece fast food pero bien hecha. Tienes unas hamburguesas con carne de muy buena calidad, también podemos encontrar pizzas algo diferentes, burritos... Pero todo ello con un twist. El servicio es agradable y el lugar está chulo, con un montón de funkos en la barra de la planta inferior. El baño se encuentra en la segunda planta. En cuanto a precios, considero que está bien, teniendo en cuenta que las calidades son buenas. Yo lo recomendaría.

El restaurante estaba a reventar, eso fue lo que empaño la experiencia. Muy lentos en servir aunque Bruno hacia todo lo posible. Si no fuera por eso hubiere estado de 10. Muchísimo ruido! La cómoda fantástica el sushi algo seco pero el resto todo de escándalo. El postre no lo pedimos por eso se nos hizo eterno. Tal vez mucha mesa para la capacidad de ma cocina como vayamos todos a la vez. Pero todo rico

No todos los días se tiene la oportunidad de cenar al lado de donde los Reyes Católicos recibieron a Cristobal Colón después de su segundo viaje a América. Pero como esto no es suficiente reclamo, hay que decir que es recomendable visitar La Jamada porque se come estupendamente (y a un precio contenido para la satisfacción que te llevas para el cuerpo) Tuve la suerte de cenar en la terraza en una noche de esas (pocas) en las que en Burgos no necesitas una chaquetita, así que ya empezó bien la cosa. Entre lo que probé, el canelón de aguacate relleno estaba estupendo y muy ligero, y la hamburguesa Jampanceta que me gustó muchísimo y de la que se agradece que no sea en absoluto pesada y que se use sin miedo la palabra panceta. Panceta, sí, y no bacon... (que no es lo mismo, pero son primos, y parece que da temor usar la palabrita). Por cierto, vaya delicia la mayonesa ahumada... Pero si me tengo que quedar con algo... sin duda eso sería la burrata con chutney de mango especiado...qué cosa tan rica, por favor!!!!!! En cuanto a postres, solo probé la tarta de queso que, aún estando buena, a mi no me convenció del todo. Pero para gustos los colores, claro. Y toda la experiencia con un camarero majísimo, la verdad. ¡Ale! Vaya monólogo me acabo de soltar!

Lo mejor sin duda la atención, se puede comer en una terraza a la sombra de unos árboles ya que el local tenía pinta de caluroso!! En la comida decepción un poco con las croquetas ya que no destacan especialmente en nada !! La hamburguesa clavaron el punto pero con lo que aprieta la competencia tendrán que sacar algo y no limitarse a salsas de bote y patatas presumiblemente congeladas

Un lugar que encontré a través de las redes sociales, está un poco apartado del centro centro pero nada a 5 min ya estás en este lugar que tiene una terraza en una plaza con árboles que dan sombra. Su comida peculiar, mexicano, japonés, hamburguesas, buenos postres, un servicio de 10, todos los camareros muy amables y simpáticos, la comida estaba rica y sabrosa. Sobre todo estaba muy bueno las mini hamburguesas de pullek pork. El postre una tarta de queso buenísima y estaba caliente. Luego también habíamos pedido pollo teriyaki y también una hamburguesa con mayonesa de trufa, el pollo estaba muy bueno, la hamburguesa normal . Buen lugar para comer y tranquilidad ante todo

En nuestra primera toma de contacto con el resturante, al ir un grupo grande pudimos probar muchos platos. Puedes comer por unos 20€-25€ por persona. Los perdedores fueron sin duda la jamburguesa de txuleta y el canelón de aguacate. Un poquito por encima quedó el jambocata roastbeef, la burrata con chutney de mango, la pizza pollo curry y la tarta de queso de la abuela. El plato más sorprendente y que estaba por encima de los demás fue sin duda el tiramisú, coincidimos toda la mesa en esta valoración. Nos vamos con una sensación agridulce del lugar, nos gusta el estilo de cocina, las fusiones, apreciamos el riesgo de ofrecer platos diferentes; pero la mayoría de los platos se quedan en el bien o notable, les falta algo (que el chef tiene que investigar) para que te terminen de romper la cabeza cuando los pruebes (como si consigue hacer el tiramisú). Igualmente, me dejó con una sensación agradable y volveré a seguir probando opciones de su carta.

Restaurante discreto, acogedor e imprescindible. Los platos son muy creativos, están buenísimos, no sabría cual destacar. La atención personalizada hace que te sientas como en casa. Fuimos desde Zaragoza y nos encantó encontrar este paisano en tierras burgalesas. Lo recomiendo sin ningún tipo de duda, hay que probarlo si o si. Por destacar un plato, el canalón de aguacate es original y buenísimo