Labalabusta

La comida estaba riquísima pero el servicio ha sido lo que ha acabado de elevar la experiencia de buena a fenomenal. Todo el personal nos ha servido con una sonrisa y han sido super amables y atentos toda la cena. El vino blanco que me han recomendado estaba buenísimo y la explosión de sabores y creatividad de los platos me ha sorprendido gratamente y ha hecho que me quede con ganas de volver de nuevo y probar más cosas👏

Es un sitio acogedor, pero pequeño y ruidoso…no vayas si estas apurado. La comida ademas de mona es muy rica, diria que lo mejor son todas las salsas y hummus que acompañan la mayoria de los platos. Las croquetas de berenjenas increibles.. el coliflor no habia sido plato recomendado y efectivamente estaba rico pero no fue de mis favoritos, no tiene ningun sabor para destacar a comparacion de otros colis “gourmet”. El postre de chocolate con oliva y escamas de sal hay que probarlo si o si

Recientemente fui por segunda vez y simplemente me encanta. En esta ocasión fui sin reserva y los camareros consiguieron hacerme un hueco. El servicio fue muy amable, atento y profesional. Nos encantaron las recomendaciones que nos hicieron. Tomamos los buñuelos de berenjena, el queso feta, shawarma de coliflor, brocheta de pollo y la degustación de postres, todos realmente buenos. El precio fue acorde a la calidad de la comida y elaboración. Sin duda volveré

Comida muy muy muy rica! ❤️ El restaurante tiene un ambiente muy agradable y el servicio muy simpático. Era Domingo noche, por lo que estaba totalmente lleno, pero el tiempo de servir ha sigo genial para tener una noche de vinos tranquila hablando y degustando. Nos ha encantado todo, especialmente el crujiente de feta y los espetos de pollo. Volveremos!

Me encantaron los platos que pedimos, estaban todos muy buenos y nos quedamos con ganas de probar más pero las porciones generosas nos impidieron pedir más 😋 La persona que nos atendió fue muy amable y profesional, y el estilo industrial del local me encantó! Pero hay un pero... Y es lo que me hizo bajar la nota del "ambiente" y es que el local era muy muy ruidoso por lo que impide de disfrutar de una comida tranquila o poder conversar.

Me encantó! Una gran variedad de platos típicos con sabores muy bien logrados y armonizados. Iba con una persona intolerante al gluten y para el hummus le pedimos patatas en lugar de pan y no tuvieron ningún problema en hacer el cambio. La carne del espeto de pollo estaba jugosa y muy tierna y la ensalada de haloumi riquísima tanto el queso como los tomates, muy sabroso. También, hacer especial mención a la camarera que tuvo un trato muy amable y siempre con una sonrisa. Sin duda, repetiré. Lo único que puedo decir “negativo” es que dentro si está lleno, la acústica no es muy buena y se oye mucho la gente hablar, pero sin duda es un detalle mínimo.