Camaleonico

Estuve en el Hotel Gran casino Badajoz, atendida maravillosamente, sin embargo averigüe este restaurante y me quedé con las ganas de entrar, volviendo de Portugal quise no perdérmelo, efectivamente mi intuición no me fallo. Que maravilla de steak tartar!!!! El mejor que he probado en mis 30 años de rutas gastronómicas! Foto añadida no le da su esplendor ya que lo comencé y rompi la estética pero el sabor!!!!!

La comida está increíble. Pedimos las zamburiñas, un lomo de lubina y un steak tartar. Este último imperdible, una barbaridad de rico. Nos atendió una mujer súper agradable. Fuimos con nuestra bebé y hasta le trajo un bizcochito como detalle. Se acercaron a preguntarnos si teníamos frío y nos encendieron una estufita de calor. El trato por su parte y por todo el personal, de 10. Muy atentos en todo momento. Es algo caro pero sin duda merece la pena. Repetiremos.

Es un restaurante para ir en ocasiones especiales, ya que los precios son elevados (unos 30€ por plato). Estaba todo muy rico, sobre todo el calamar de potera (la salsa estaba buenísima), el arroz negro también y la torrija también muy rica (la tarta de queso estaba hecha con un queso fuerte y no nos gustó tanto). Pero hay algo que me pareció una pasada: cada bollito de pan cuesta 2,50€, así que como volvimos a pedir pan al final cuando vimos la cuenta eran 10,40€ en pan, me parece una locura 10€ en 4 minibollitos de pan, sinceramente… Ahí se han pasado muchísimo, no me parece.

Al entrar en el restaurante te impacta el sitio porque se nota que el dueño ha puesto dedicación y amor ya que es espectacular, decoración alucinante y glamurosa. Íbamos con dudas al entrar ,pero creedme si os digo que fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi viaje a Extremadura y obligada parada por Badajoz. Se nota que la comida es de calidad, comimos un carpaccio que estaba espectacular, también probamos los huevos con carabinero, y el solomillo, por cierto muy tierno y jugoso. El trato a mi parecer es inigualable, los camareros super atentos y dedicados y el dueño nos pareció muy amable. La música agradable y se agradece pues acompaña en una cena (en nuestro caso). Sin duda, volveremos a repetir. Muchas gracias por todo Stephane.