Historias Para No Dormir

Fue una experiencia culinaria inolvidable, sin ser que el restaurante tiene platos que no se encuentran en ningún otro lugar, la calidad y presentación de los mismos es del DIEZ. Fuimos dos, mi amiga pidió jabalí 🐗 y excelente, yo quise probar el canguro 🦘 y de verdad lo recomiendo. Una delicia para los ojos y el paladar. Muy bien de precio, pedimos dos menús. Recomiendo también la tarta Tatin, caliente ♨️ de manzana 🍏🍎🫠🫠 Seguro volveré PS: nosotras lo hicimos en plan pateo, la zona es perfecta para senderismo 🥾🥾 y este fue nuestro premio. 🏆🏅

El sitio esta muy bien, pero le pongo en comida 3/5 porque la mayoría de platos que queríamos no estaban disponibles. Tuvimos que adaptarnos a lo que quedaba, porque pese que eran las 14.30 faltaba bastante comida. Estaría bien que avisaran por teléfono de acudir antes para poder elegir entre todas las opciones. No obstante, los platos que pedimos estaban todos deliciosos. El trato de la camarera de auténtico 10, es una pasada y nos estuvo explicando el por qué de la falta de tantos platos. Todo porque es súper fresco y lo compran en el día. Sin duda alguna repetiremos para probar los platos que estaban agotados porque nos quedamos con muchas ganas.

Es un restaurante francés en el que pagas 22,90€ por un menú que se compone de agua, pan, ensalada del chef, plato principal y postre y todo de una calidad excepcional. Es necesario reservar porque solo atiende y preparan platos para las reservas y la variedad y calidad de los platos es brutal: cordero a la menta, solomillo Wellington, magret de pato, estofado de jabalí o de ciervo… El lugar es bastante pintoresco, puesto que no tiene absolutamente ningún lujo, muy sencillo (parece un Guachinche de los de siempre), y el emplazamiento es absolutamente un sueño (Taborno, uno de los caseríos del Macizo de Anaga).

Nos encantó la comida. Cocina francesa en el idílico paisaje de Taborno. Con vistas asombrosas. El menú sale a cuenta. Probamos varios platos de carne y todos un manjar. Ensalada del chef🥗, solomillo Wellington,solomillo japones, pato a la naranja, ciervo y solomillo foie. En cuanto a los postres pura deliciaaaa 🍰. Tarta tatin, tarta chocolate, tarta sin harina, tartaleta...😋 Se ve el pintón en las fotos. Calidad-precio excelente. Presentación,ambiente, materia prima y recetas que sorprenden. Vale la pena.

Teníamos ganas de probarlo y, la verdad, fue la mejor decisión del viaje. Es un restaurante pequeño situado en Taborno, en un pueblito del Parque natural de Anaga. El camino es algo tedioso y con curvas, pero vale 100% la pena. Éramos 4. De entrantes pedimos las 2 tapas que tienen, queso tierno de cabra y peto ahumado. Increíblemente buenísimos ambos. De primero, cogimos 2 solomillos de ciervo, un estofado de jabalí y entrecot de buey. Lo que más nos sorprendió fue el estofado de jabalí, un 12/10. Los otros platos también dignos de probar. De postre 4 tartas distintas, se nota su sabor casero. Flipamos con las 4. De calidad-precio, absolutamente buena relación. Barato por todo lo que comimos y la calidad. Volveremos seguro.

Situado en Taborno en medio de un maravilloso paisaje del Parque Rural de Anaga, te sorprende encontrar este sencillo restaurante francés con una fantástica comida y tan variada en sus carnes La comida es muy rica, preparada con mucho mimo y la presentación de los platos estupenda . El servicio inmejorable. Los postres caseros ,casi todos estupendos . El precio fantástico.

Hemos comido de maravilla. Platos muy bien presentados y de muy buena calidad. Para hacer boca pedimos queso y así esperábamos los platos principales.Comimos solomillo de canguro a la mostaza antigua, chuletón normande y solomillo de buey que se deshacía en la boca. Postres caseros y café como guinda. Merece la pena llegar hasta aquí para disfrutar de lo que nos ofrecen.Os aconsejo reservar y tened en cuenta que no admiten pago con tarjeta.

Lugar al que llegamos taras numerosas recomendaciones y he de reconocer que a pesar de que llevaba muchas expectativas las cumplió con creces. Pedimos una tapa de queso de primera que estaba muy rica y después unos menús con la ensalada del chef que estaba rica pero nada del otro mundo y después de los platos casi uno de cada uno ya que éramos muchos. Lo mejor la carne de caza que está espectacular cocinada y además es de muchísima calidad. Lo que destaca por encima de todo es la presentación de los platos y los postres que son raciones muy amplias y deliciosos. Para repetir sin duda.