Tilia Deli & Café

Un bonito lugar, grande, espacioso y rodeado de un bonito paisaje. La atención, la comida, el servicio y en general, todo estuvo genial. Pedimos, unas gyozas de verduras con salsa de sésamo, calabaza asada con salsa miso y chips vegetales y paella de verduras. Todo buenísimo, bien presentado y los tres platos eran veganos, algo que agradezco. Habia alguna opción vegana más. Estaría bien que de postre hubiera alguna opción más como brownie o alguna tarta o helado, ya que había piña asada. Pero sin duda un lugar muy recomendable y tranquilo.

El sitio es muy agradable y puedes darte un paseo por los alrededores en un entorno espectacular. Pedimos una tosta de jamón ibérico, y este estaba de 10, francamente. Dos cosas no me gustaron: la primera, que tienes que esperar por el café en barra, pero la tosta te la llevan. El camarero que nos atendió debía de tener un mal día, pues no sonreía. La segunda, en este bar están los cuchillos que menos cortan que he visto en mi vida, con ausencia total de filo.

Solo tome un té, pero el sitio es bonito con mucha luz y vegetación. El personal muy amable. Tiene una buena terraza en pleno bosque. Un vistazo a la carta y va en la línea actual, es decir, corta de opciones (tienen el mismo menú del día de lunes a viernes) con algunos guiños a la comida vegeta vegana. Hay buenos pintxos, bocadillos y desayunos.

Es un restaurante estupendo, la comida está rica y bien servida. El sitio es acogedor, en la terraza se está muy bien en verano. A veces están algo desbordados, incluso entre semana y puede que tengas que esperar demasiado, por lo tanto, conviene reservar cita. La propuesta gastronómica es atractiva aunque hay platos, como el arroz negro, que alguna vez se nos ha servido salado y algo duro. Creo que pueden hacerlo un poco mejor para conseguir las 5 estrellas. Hay parte del personal que no es muy amable, otras en cambio son de 10.

Espacio minimalista, tranquilo y rodeado de naturaleza. Bonito decorado, con cristaleras amplias y luz natural. Lugar perfecto para tomar un cafecito o ir a comer después de dar un paseo por el parque de Miramon. He ido en varias ocasiones a tomar algo. La última vez fuimos a desayunar, todo rico, con alguna opción de bollería sin gluten. El menú del día tiene un precio muy asequible, 18’50€, incluye primero segundo y postre junto con pan y bebida. Especialmente ricas la crema de guisantes y el salmón, así como el bizcocho de cacao y plátano. Atención correcta, rápida y atenta, aunque transmitían cierta sensación de prisa. Un lugar para volver ☺️

Me gustó mucho. Para una cena picoteo. Eramos 5 personas. Un par de platos a compartir y un principal para cada uno. A compartir: Las gyozas. Nos gustaron. Y los calamares. También nos gustaron. Los principales compartí con otra persona: - Pan bao de panceta. Vienen 2 en la ración. Riquísimos. Hay que pedirlos. - Hamburgues de chuleta de vaca. De las mejores que he comido últimamente. Muy recomendable también. Disponen de una terraza maravillosa pero no se puede cenar en ella esta carta. Una pena porque ahora en verano sería una opción para cena muchas noches. Hay que cenar dentro. Aparcamiento no mucho. Es un hotel y no hay muchísimo sitio. Lo mismo aparcas en la puerta que tienes que irte un poquito lejos.

Agradable cafeteria, con decoración de madera y amplios ventanales de las que se ve el parque lleno de árboles. Además tiene terraza que da a dicho parque. Muy bueno el pintxo de tortilla de patatas. Del restaurante, muy buenos el Pulpo con patata violeta, la Vieiras con ajoblanco y el Mousse de chocolate con fresas